mayo 11, 2009

TEORIA DE LOS SITEMAS ECONOMICOS

La teoría de los sistemas económicos


Se llama sistema económico a la forma en la que se organiza la actividad económica de una sociedad, la producción de bienes y servicios y su distribución entre sus miembros. Cada sistema económico se caracteriza por su ordenamiento jurídico que especifica el régimen de propiedad y las condiciones de contratación entre particulares. Es el estado el que elabora e impone ese ordenamiento jurídico y se reserva para sí ciertos ámbitos y formas de actuación. El sistema económico sirve por tanto para determinar qué agentes y en qué condiciones podrán adoptar decisiones económicas.

El economista clásico Karl Marx sugirió que el sistema económico utilizado por cada sociedad humana depende del desarrollo de las fuerzas productivas, principalmente los conocimientos técnicos, el capital acumulado y la población. Mientras el ordenamiento jurídico sea el adecuado al nivel de las fuerzas productivas, decía Marx, éstas pueden desarrollarse sin que aparezcan tensiones graves; pero llega un momento en el que las fuerzas productivas han crecido tanto que la estructura social, en vez de estar potenciando su desarrollo, aparece como una limitación, un corsé que impide su crecimiento. Es entonces cuando la superestructura jurídica y consiguientemente el régimen de propiedad, se ve forzada al cambio de forma más o menos brusca.

Aplicando ese análisis, Marx dividía la historia de los sistemas económicos en salvajismo o barbarie, esclavismo, feudalismo, modo de producción asiático y capitalismo. El materialismo histórico deducía que el capitalismo había llegado a una situación límite; que el régimen jurídico de la propiedad privada sobre los medios de producción estaba impidiendo el crecimiento de las fuerzas productivas; que como consecuencia de ello se estaban produciendo crisis económicas cada vez más graves; que el sistema estaba condenado a derrumbarse y a ser substituido por otro en el que los medios de producción estarían en manos de toda la sociedad; y que los proletarios, la clase social emergente, serían los encargados de dirigir ese cambio. Preveía el advenimiento en los países más avanzados de dos futuros sistemas, el socialismo, en el que "cada cual recibirá según su trabajo", y el comunismo, en el que "cada cual dará según sus posibilidades y recibirá según sus necesidades".


Este análisis pretendidamente científico, se ha visto desmentido por el devenir histórico. Siglo y medio después de que se escribiera el Manifiesto Comunista podemos comprobar que sus predicciones no se han cumplido. No hay leyes históricas inmutables que describan la evolución de los sistemas económicos y de las sociedades humanas. Tampoco hay una relación biunívoca entre grado de desarrollo de las fuerzas productivas y sistema económico. Quizá pueda verse una relación más estrecha entre el sistema económico y los medios de comunicación. En este curso proponemos una clasificación de los sistemas económicos en la que ponemos de relieve la importancia del grado de desarrollo del conocimiento humano y, por tanto, de los medios tecnológicos existentes para la transmisión y acumulación de ese conocimiento.

En el siglo veinte han coexistido sistemas opuestos en diferentes partes del mundo que mostraban similar desarrollo de las fuerzas productivas. El estado ha dominado la economía en países europeos desarrollados o en países africanos o asiáticos subdesarrollados. Las transformaciones sociales siguen siendo dirigidas por grupos de poder, ejército, religiosos, burócratas. No ha sido el ordenamiento jurídico del capitalismo el que ha bloqueado el desarrollo económico, antes al contrario, han sido algunas instituciones jurídicas pretendidamente emanadas de las propuestas marxistas las que, limitando la libertad de los individuos, han frenado la evolución del comercio y la producción, de las artes y las ciencias.

Ciertamente, el mercado, por sí solo, ha mostrado también su incapacidad para resolver de forma satisfactoria las necesidades elementales de gran parte de la humanidad. De hecho, los países que han alcanzado un grado más alto y más armónico de desarrollo, compatibilizándolo con las libertades individuales, con el estímulo a la creatividad artística y a la investigación científica y tecnológica, lo han conseguido gracias a un sistema económico que mezcla el libre mercado con la intervención del estado. Y entre esos países hay que incluir los Estados Unidos y otros que a los ojos del mundo aparecen como abanderados del mercado y del liberalismo.

En nuestros días continúa la vieja polémica, unos pidiendo "más mercado" y otros pidiendo "más estado". En una sociedad humana viva, en continua evolución, no hay forma teórica de resolver la cuestión. No puede haber una demostración "científica" de qué proporción entre mercado y estado es la más conveniente, o la más justa. Diversas personas y grupos, con diversas ideologías e intereses, son partidarios de una u otra proporción. Se llamen liberales, socialdemócratas, conservadores, progresistas, laboristas, comunistas, radicales, de izquierdas o de derechas, están simplemente presionando en una dirección o en otra, hacia el mercado o hacia el estado, con más o menos fuerza.

La organización que adoptarán las sociedades humanas en el futuro no está escrita en ningún libro sagrado ni determinada por ninguna ley histórica: será la consecuencia de las decisiones que están adoptando en el presente un gran número de individuos y grupos sociales. Muchos confiamos en que ese sistema futuro satisfaga nuestros más íntimos anhelos de solidaridad, cooperación y equidad, que permita la desaparición del hambre, la miseria y la marginación y que todo ello sea compatible con el respeto a los derechos humanos y el impulso a la creatividad individual.

MOVIMIENTOS NACIONALISTAS

Nacionalismo


Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el estado:
El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el estado.
El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio estado, y que las fronteras del estado deberían coincidir con las de la nación.
El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas. En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.
La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse la época del nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de la ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas. En el siglo XX se produce una renovación del nacionalismo, en el periodo de entreguerras vinculado al fascismo, y tras la Segunda Guerra Mundial vinculado al proceso de descolonización y al tercermundismo, cuando surgen numerosos grupos denominados Movimiento de Liberación Nacional.
Se habla también del nacionalismo musical, expresión artística de la segunda mitad del siglo XIX que coincide con el nacionalismo político en la valoración de la etnicidad (folclore), y que deriva del anterior romanticismo, movimiento intelectual y artístico también muy vinculado con el nacionalismo romántico, aunque sea de más amplia extensión temporal y conceptual que éste.
Contenido[ocultar]
1 Interpretaciones
2 Evolución del nacionalismo
3 Formas de nacionalismo
3.1 El nacionalismo centrífugo
3.2 El nacionalismo centrípeto
3.3 El nacionalismo económico o Tercera Posición
3.4 El nacionalismo étnico (o cultural)
3.5 El nacionalismo romántico
3.6 El nacionalismo religioso
3.7 El nacionalismo banal
4 Elementos en común de todas las formas de nacionalismo
4.1 Causas por la que el nacionalismo se hace atrayente
5 Formas de actuación
5.1 Pacíficas
5.2 Violentas
6 Teóricos del nacionalismo
7 Nacionalismo histórico
8 Principales nacionalismos actuales
8.1 Centrífugos
8.2 Centrípetos
9 Véase también
10 Notas
11 Enlaces externos
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Interpretaciones [editar]
El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado colectivamente por miembros de un gobierno, una nación, una sociedad o un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar una nación basada en varias nociones de legitimación política. Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo de la teoría romántica de la "identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.
Ha sido duramente criticado por personajes históricos tan diferentes como Charles de Gaulle, Albert Einstein, Albert Camus o François Mitterrand.
Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII, pues hasta ese momento, la idea de nación, tal y como se concibe en la actualidad, no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades colectivas basadas en la religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En la Revolución Francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es decir, la nación ya no está personificada en la figura del monarca, pues la nobleza es un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer estado.
Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones necesarias para el nacionalismo incluyen el desarrollo de la prensa y el capitalismo. Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos comunidades imaginarias. Ernest Gellner añade al concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones hacia su conciencia propia: inventa naciones donde no las hay".

Evolución del nacionalismo [editar]
El Estado Nación surgió en Europa con el tratado de Westfalia (1648). El nacionalismo continuó siendo un fenómeno elitista durante una parte de siglos tras el tratado, pero fue durante el siglo XIX cuando se propagó ampliamente por toda Europa y ganó popularidad. Desde entonces, el nacionalismo ha dominado las políticas europeas y mundiales. Muchas de las políticas europeas del siglo XIX pueden ser vistas como luchas entre antiguos regímenes.
A finales del siglo XIX las ideas nacionalistas habían comenzado a expandirse por toda Asia. En la India el nacionalismo incentivó el fin del dominio británico. En China el nacionalismo dio una justificación para el estado chino, que se encontraba enemistado con la idea de un imperio universal. En Japón el nacionalismo fue combinado con el excepcionalismo japonés.
La I Guerra Mundial marcó la destrucción definitiva de varios estados multinacionales (el Imperio Otomano, el Imperio Austrohúngaro y, en cierta medida, el ruso). El tratado de Versalles fue establecido como un intento por reconocer el principio de nacionalismo, ya que gran parte de Europa fue dividida en naciones-estado en un intento por mantener la paz. Sin embargo, muchos estados multinacionales e imperios sobrevivieron. El siglo XX fue también marcado por la lenta adopción del nacionalismo por todo el mundo con la destrucción de los imperios coloniales europeos, la Unión Soviética y varios otros estados multinacionales menores.
Simultáneamente, particularmente en la segunda mitad del siglo, fuertes tendencias antinacionalistas han tenido lugar, siendo en general destacables las manejadas por élites. La actual Unión Europea está actualmente transfiriendo poder del nivel nacional a entidades locales y continentales. Acuerdos de comercio, tales como NAFTA y GATT, y la creciente internacionalización de mercados de comercio debilitan también la soberanía del estado-nación.
A pesar de esto, el nacionalismo continúa sosteniéndose en oposición a estas tendencias. La globalización es rechazada masivamente en manifestaciones callejeras (ver ATTAC), los partidos nacionalistas continúan ganando elecciones, y la mayoría de la gente mantiene fuertes vínculos con su nacionalidad real o artificiosa.

Formas de nacionalismo [editar]

El nacionalismo centrífugo [editar]
Artículo principal: Nacionalismo de segunda generación

Mural de Batasuna en Pasajes (País Vasco)
Es el que pretende la secesión de una parte del territorio de un Estado habitado por una población con características cuyas diferencias con la considerada mayoritaria puedan definirla como minoría nacional. En ocasiones el mismo Estado del que pretenden separarse se define a sí mismo como estado plurinacional, como fue el Imperio Austrohúngaro.

El nacionalismo centrípeto [editar]
Artículo principal: Nacionalismo de primera generación
Es el que pretende la unificación nacional de las poblaciones con características comunes que habitan en distintos estados, donde pueden ser minorías nacionales y por tanto en esos estados constituyen nacionalismos centrífugos (es el caso del nacionalismo kurdo), o bien ser estados nacionalmente homogéneos pero separados (es el caso de las unificaciones de Italia y Alemania en el siglo XIX, aunque en ambos casos el solapamiento con el Imperio Austrohúngaro complica la definición).

El nacionalismo económico o Tercera Posición [editar]
Artículo principal: Nacionalismo de tercera generación
El nacionalismo económico o Tercera Posición se concentra sobre los mecanismos de dependencia económica o neocolonialismo. Sostiene la necesidad de que sectores y empresas básicas de la economía permanezcan en manos de capitales nacionales, muchas veces estatales, cuando el sector privado no está en condiciones, sin caer en la explotación materialista del liberalismo ni del marxismo.
Los orígenes del nacionalismo económico pueden encontrarse en la creación de empresas estatales para explotar productos estratégicos como la creación de YPF para el petróleo en Argentina en 1922 y luego en las políticas de nacionalizaciones implementadas por gran cantidad de países del Tercer Mundo entre las que se destacan los siguientes jalones: la nacionalización del petróleo en México en 1938, la nacionalización del petróleo en Irán en 1951, la nacionalización del Canal de Suez en 1956 y la nacionalización del cobre en Chile en 1971.
El nacionalismo económico está también íntimamente relacionado con la Teoría de la Dependencia elaborada por la escuela desarrollista latinoamericana que sostiene que el sistema económico mundial ha establecido una división internacional del trabajo que atribuye los países centrales la producción industrial, de alto valor agregado, y a los países periférico la producción de materias primas, de bajo valor agregado. El desarrollismo sostiene que existe una tendencia general al deterioro de los términos de intercambio en perjuicio de la producción agrícola-primaria, y que los países periférico necesitan impulsar agresivas políticas industriales para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.
La política de privatizaciones sugerida por el Consenso de Washington a partir de la década del 90 tuvo como objetivo principal, y lo logró en gran parte, revertir las medidas nacionalistas tomadas por la mayor parte de los países periféricos durante la mayor parte del siglo XX.
A partir de los últimos años de la década del 90 parece haber un importante resurgimiento del nacionalismo económico en varias partes del mundo, ahora en un entorno global, relacionado con acuerdos de integración regional. Una de sus manifestaciones más importantes ha sido la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia en 2006, bajo el gobierno de Evo Morales y los acuerdos de infraestructura y desarrollo subregional tomados en el marco del Mercosur y la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Muchas de estas experiencias nacionalistas están estrechamente relacionadas con las reivindicaciones sindicales y otras organizaciones sociales, adoptando la forma de un nacionalismo popular expresado en movimientos políticos con amplio apoyo de la población.

El nacionalismo étnico (o cultural) [editar]
Define la nación en términos de etnicidad, lo cual siempre incluye algunos elementos descendientes de las generaciones previas. También incluye ideas de una conexión cultural entre los miembros de la nación y sus antepasados, y frecuentemente un lenguaje común. La nacionalidad es hereditaria. El Estado deriva la legitimidad política de su estatus como hogar del grupo étnico, y de su función de protección del grupo nacional y la facilitación de una vida social y cultural para el grupo. Las ideas sobre etnicidad son muy antiguas, pero el nacionalismo étnico moderno está fuertemente influido por Johann Gottfried von Herder, quien promovió el concepto de Volk, y Johann Gottlieb Fichte.
El fascismo es generalmente clasificado como nacionalismo étnico, habiendo sido su caso más extremo el nacional socialismo de la Alemania Nazi. No obstante, la mayor parte de los movimientos y regímenes fascistas de la Europa de entreguerras, entre los que puede contarse el nacionalcatolicismo del franquismo español, responden más al modelo de fascismo clerical definido por Hugh Trevor-Roper.

El nacionalismo romántico [editar]
(también llamado nacionalismo orgánico y nacionalismo identitario) es la forma de nacionalismo étnico según la cual el estado deriva su legitimidad política como consecuencia natural (orgánica) y expresión de la nación o la raza. Refleja los ideales del romanticismo y se opone al racionalismo. El nacionalismo romántico enfatiza una cultura étnica histórica que se conecta con el ideal romántico; el folclore se desarrolla como un concepto nacionalista romántico. Los hermanos Grimm se inspiraron en los escritos de Herder para crear una colección idealizada de historias étnicamente alemanas. El historiador Jules Michelet ejemplifica la concepción nacionalista romántica de la historiografía. En 1815 se hablaba de este nacionalismo, y fue el que se usó para las unificaciones tanto alemana como italiana.

El nacionalismo religioso [editar]
Es la forma de nacionalismo según la que el estado deriva su legitimidad política en consecuencia de una religión común. El sionismo es un ejemplo de esto, pero buena parte de las formas de nacionalismo étnico son también en gran medida formas de nacionalismo religioso. Por ejemplo, el nacionalismo irlandés es generalmente asociado al catolicismo; el nacionalismo indio se asocia con el hinduismo, etc. El nacionalismo religioso es generalmente visto como una forma de nacionalismo étnico.
En algunos casos, sin embargo, la componente religiosa es más una etiqueta que la verdadera motivación del nacionalismo de un grupo. Por ejemplo, aunque la mayoría de los líderes nacionalistas irlandeses del último siglo fueron católicos, durante el siglo XIX, y especialmente en el XVIII, muchos líderes nacionalistas fueron protestantes. Los nacionalistas irlandeses no luchan por distinciones teológicas, sino por una ideología que identifica a la isla de Irlanda con una visión particular de la cultura irlandesa, que para muchos nacionalistas incluye al catolicismo aunque no como elemento predominante. Para muchas naciones que se vieron obligadas a luchar contra las consecuencias del imperialismo de otra nación, el nacionalismo fue asociado a la búsqueda de un ideal de libertad.
El islam se opone fuertemente a todo tipo de nacionalismo, tribalismo, racismo u otra clasificación de la gente no basada en las creencias propias. Sin embargo, ciertos grupos islámicos pueden ser considerados racistas y nacionalistas (así, para algunos, no pueden considerarse verdaderos islámicos). La creación de Pakistán es un ejemplo de nacionalismo religioso de base islámica en la medida en que tomaba como nación a los musulmanes de la India. sin embargo, muchos de sus creadores -como los del Estado de Israel- eran laicos y consideraban la pertenencia a una misma tradición religiosa como elemento generador de identidad al margen de la práctica religiosa en sí. Un ejemplo similar es el de los musulmanes de Bosnia, considerados como etnia en la antigua Yugoslavia y que en su mayor parte eran no creyentes o no practicantes.

El nacionalismo banal [editar]
Conceptualizado por Michael Billig, es la forma difusa que toma el nacionalismo en las sociedades contemporáneas, convirtiéndose en un mecanismo omnipresente de orientar las percepciones y hacer aparecer como natural la identificación entre una lengua, una cultura y una comunidad política. Ya sea en rituales colectivos como el deporte, o en detalles menores como la utilización de banderas para identificar las lenguas en las que se escriben los ingredientes de una caja de cereales, el nacionalismo banal reproduce cotidianamente los esquemas mentales del nacionalismo.

Elementos en común de todas las formas de nacionalismo [editar]
Algunos teóricos políticos sostienen que cualquier discriminación de formas de nacionalismo es falsa. Todas las formas de nacionalismo cuentan con una población formando una nación, lo cual significa que todos los miembros de una población creen que forman parte de algún tipo de cultura común y la cultura no puede ser completamente separada de la etnicidad. Incluso las supuestas "culturas cívicas" étnicamente neutrales en los Estados Unidos, por ejemplo, inscriben la palabra Dios en su moneda y en su jura de lealtad y designan feriados oficiales, lo cual promueve un prejuicio cultural.

Causas por la que el nacionalismo se hace atrayente [editar]
Una razón por la cual el nacionalismo ha mantenido su atractivo a través de los siglos puede ser el hecho de que pertenecer a una nación cultural, económica o políticamente fuerte da a la persona una agradable sensación de pertenencia, sin importar su propia contribución a su fuerza.
Otra posibilidad defiende que las personas son seres sociales, y el formar parte de un grupo sociopolítico como la nación, es ventajoso y contribuye a su desarrollo, se considera que es la expresión de un rasgo general del comportamiento social favorecido evolutivamente, relacionado con el tribalismo.
En ocasiones puede surgir un sentimiento nacionalista cuando los miembros de una comunidad se sienten amenazados o atacados por otra comunidad o estado. Puede surgir como respuesta a otro nacionalismo.

Formas de actuación [editar]
Dependiendo del contexto donde tenga lugar el nacionalismo, este puede adoptar diversas formas de actuación que pueden ser pacíficas, violentas o puede llegar a conjugar ambas.

Pacíficas [editar]
Con la progresiva consolidación de Estados más democráticos y el avance de las organizaciones intergubernamentales como la ONU, las reivindicaciones nacionalistas se sustancian mayoritariamente mediante el ejercicio de la actividad política a través de distintos partidos políticos nacionalistas que reclaman con el apoyo electoral de los ciudadanos una mayor autonomía, la independencia o el ejercicio del derecho de autodeterminación de sus territorios.
Otra forma de reivindicación pacífica sería la desobediencia civil o la "No violencia activa" cuyo máximo exponente fue la labor de Mahatma Gandhi en la India.

Violentas [editar]
La ocupación del territorio y la imposición de una nacionalidad y culturas determinadas sobre otras personas mediante el uso de la fuerza es uno de los medios utilizados por el nacionalismo. Un ejemplo de ello son las dos guerras mundiales en las que el elemento nacional desempeño un papel sustancial, aunque la expansión militar y diseminación de una identidad nacional es un elemento recurrente en la historia de los nacionalismos.

Teóricos del nacionalismo [editar]
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao
Michel Aflaq
Blas Infante
Benedict Anderson
Benito Mussolini
Sabino Arana
Germán Arciniegas
Juan José Arévalo
José Vasconcelos Calderón
Otto Bauer
Michael Billig
Adolf Hitler
Rufino Blanco Fombona
Secundino Delgado
Gabriel del Mazo
Escuela Desarrollista Latinoamericana
Johann Gottlieb Fichte
Ernest Gellner
Johann Gottfried von Herder
Juan José Hernández Arregui
Theodor Herzl
Ho Chi Minh
Eugenio Lanti
Moisés Lebensohn
José Antonio Primo de Rivera
Ramiro Ledesma Ramos
Pedro Albizu Campos
José Carlos Mariátegui
José Martí
Enrique Mosconi
Gamal Abdel Nasser
Sri Pandit Jawaharlal Nehru
Kwame Nkrumah
Enric Prat de la Riba
Ricardo Rojas
José María Rosa
Jean-Jacques Rousseau
Raúl Scalabrini Ortiz
Léopold Sédar Senghor
Manuel Ugarte
Oscar Unzaga de la Vega

Nacionalismo histórico [editar]
Eventos históricos en los cuales el nacionalismo desempeñó un papel esencial:
Independencia de Estados Unidos (1776)
Revolución francesa (1789)
Guerra de la Independencia Española (1808)
Guerra de Independencia Hispanoamericana (1809-1824)
Unificación italiana bajo el dominio de Piamonte y Cerdeña
Defensa de Paysandú (1864-1865)
Guerra franco-prusiana y la unificación alemana bajo el dominio de Prusia
Guerra del Pacífico (1879-1884)
Rebelión Maji Maji (1905–1907)
Primera Guerra Mundial
Revolución Mexicana (1910-1917)
La resistencia de Sandino contra la ocupación estadounidense de Nicaragua (1927-1933)
Segunda Guerra Mundial
Independencia de la India (1942-1947)
Gobierno peronista en la Argentina (1946-1955)
Revolución de 1952 (Bolivia)
Lucha de liberación nacional boliviana 1952-1964
Los Diez Años de Primavera en Guatemala (1944-1954)
El gobierno nasserista en Egipto (1955-1970)
Revolución Cubana (1959)
Guerra de Indochina (1945-1954 y Guerra de Vietnam (1958-1973)
Primavera de Praga (1968)

Principales nacionalismos actuales [editar]

Centrífugos [editar]
España
Artículo principal: Regionalismo y nacionalismo en España
Nacionalismo andaluz
Nacionalismo aragonés
Nacionalismo asturiano
Nacionalismo canario
Nacionalismo cántabro
Nacionalismo castellano
Nacionalismo catalán
Nacionalismo extremeño
Nacionalismo gallego
Nacionalismo leonés
Nacionalismo murciano
Nacionalismo occitano
Nacionalismo pan-asturianista
Nacionalismo valenciano
Nacionalismo vasco
Véase también: Nacionalismo español
Francia
Nacionalismo alsaciano
Nacionalismo arpitano
Nacionalismo bretón
Nacionalismo catalán
Nacionalismo corso
Nacionalismo flamenco
Nacionalismo occitano
Nacionalismo vasco
Italia
Nacionalismo arpitano
Nacionalismo occitano
Nacionalismo padano
Nacionalismo sardo
Nacionalismo siciliano
Reino Unido
Nacionalismo córnico
Nacionalismo escocés
Nacionalismo galés
Nacionalismo inglés
Nacionalismo irlandés
Rusia
Nacionalismo checheno
Canadá
Nacionalismo quebequés
Bélgica
Nacionalismo flamenco
Suiza
Nacionalismo arpitano

Centrípetos [editar]
Panafricanismo
Panamericanismo
Panarabismo
Paneslavismo
Europeísmo
Panhispanismo
Pangermanismo
Irredentismo
Iberismo

Véase también [editar]
Construcción de nación
Identidad cultural
Anacionalismo
Cosmopolitismo
Independentismo
Patriotismo
Prejuicio cognitivo
Chovinismo
Matria
Nación
Nacionalismo queer

Notas [editar]
Eric Hobsbawm (1964) The Age of Revolution 1789-1748 (traducido en castellano Las revoluciones burguesas) edición de 1987: Barcelona: Labor, ISBN 84-335-2978-1. Benedict Anderson (1983) Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, Edición de 1991, London: Verso. ISBN 0-86091-329-5.

Enlaces externos [editar]
Wikiquote
Wikiquote alberga frases célebres de Nacionalismo.
La rebelión de las masas, obra del filósofo José Ortega y Gasset crítica con el nacionalismo.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo"
Categorías: Nacionalismo Espectro político
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